Porque simplemente haces que el
verano se vuelva más cálido...
Y el invierno menos frío cuando
estoy contigo.
Porque me
encanta que pongas esa cara de pillo…
Y consigues
ponerme nerviosa.
Porque me escuchas sin excusas...
Y me abrazas sin permiso.
Porque haces que los problemas se
queden en anécdotas...
Y las cosas serias parecen
cosas de críos.
Porque me das el aliento que
necesito en todo momento…
Y le das un significado diferente
a todo lo que me rodea.
Porque las canciones adquieren
otra forma…
Y los olores se vuelven
recuerdos.
Porque ya sabes a que saben esos
besos…
Y porque ya sé a que saben los
tuyos.
Porque me sonrojas sin motivos...
Y dibujo una sonrisa con sólo verte
llegar.
Porque cuando se “avecina lluvia”
eres capaz de decir tonterías…
Y me consuelan tus palabras.
Porque me
encanta dibujar la silueta de tu boca…
Y porque tú
me dejas hacerlo siempre que quiero.
Porque me enfrento a mi miedo a
volar…
Y sólo lo hago para estar a tu
vera.
Porque el número trece significa
otra cosa…
Y porque hay un recuerdo en cada
rincón.
Porque me aceptas tal y como soy…
Y porque no cambiarías nada de
mí.
Porque el amanecer te descubre
cada día…
Y porque el anochecer destapa los
misterios.
Porque las conversaciones son
intensas…
Y también la atención que te
presto.
Porque a tu lado vencí el miedo…
Y porque creer en ti me hace
mejor persona.
Porque mantienes mi ilusión
despierta…
Y porque camino sin mirar atrás.
Porque sabes que decir en cada
momento…
Y porque “congelar” ese instante,
es lo mejor.
Porque no me imagino en otros
brazos…
Y porque ya extraño los tuyos.
Porque una certeza así se presenta una vez en la vida…
Y porque yo lo tengo bastante claro.
Porque me
enfrento a mis miedos…
Y porque el
mañana no me asusta estando contigo.
Porque me encanta
cuando me miras…
Y yo te
respondo igual.
Porque creer
a veces a ciegas es bueno para el alma…
Y porque por
una vez, te dejaste guiar por mí.
Porque eres
lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo…
Y porque me
siento afortunada.
Porque te
necesito…
Y porque te
quiero.