Batiendo las alas...

Si te dijera que no estoy muerta de miedo, te mentiría.
Y si te dijera también que es lo que más deseo en este mundo, créeme.

Es la meta que me he propuesto mirando al horizonte. Y este "pequeño colibrí" por fin parte a un nuevo destino, a una nueva ilusión, a un nuevo reto.
Dejando atrás los pensamientos de: "Yo no podré, yo no sirvo..."

Últimamente me he rodeado de lo bueno, de lo mejor. Y me ha servido para apartar los pies del suelo. 

Lo suficiente para ver otra perspectiva del mundo. Ver con otros ojos que no era imposible un cambio.
Que mañana seré la misma y que sólo con el tiempo por muy doloroso que sea, las cicatrices se cierran.

En unos días, definitivamente cierro una puerta. Y pese a que es para mí un paso agigantado, me lo tomo con calma. Porque me dará paz interior y la estabilidad que me hace falta.

Dejé demasiado tiempo "mis preferencias" en el baúl de "mañana habrá tiempo para mí".
Descuidando quizás lo esencial.
Y simplemente dejándome llevar por la situación...

En unos días, cojo las riendas de mi vida.
Cabalgaré a lomos de mis propios sentimientos, de mis fallos, de mis caídas, de mis cosas buenas, de las victorias y de mis triunfos personales.

No tendré a quien juzgar... pero tampoco tendré quien me señale con el dedo. Porque esta aventura me pertenece y tengo muchísimas ganas de ver cómo y de qué manera se avanza. Como se mueve ficha.

Tendré momentos estupendos y otros no tanto. Pero acepto el reto con ilusión, con energías renovadas y con entusiasmo.

Siendo consciente de que es de vital importancia este cambio para mí.

Despegar no es fácil, cuando en ese "nido" se han tenido tan buenos momentos.

Pero la vida cambia, nosotros cambiamos y las circunstancias también lo hacen. Cambian nuestros sentimientos, cambiamos de entorno y de gente con las que nos relacionamos. Cambiamos de gustos, de forma de pensar y hasta de vestir.

En resumen... desde ya, estoy batiendo mis alas.

Lo divertido es escribir historias. Nuestras historias. Y que cada rincón nos traiga un recuerdo de lo allí vivido.

Espero escribir muchas, muchísimas páginas en el libro de la vida. Y no me temblará el pulso, porque yo puedo hacerlo.

Besos con sabor a... bienvenida a tu nuevo hogar.