Un deseo

Un deseo, es eso que pides con los ojos cerrados y con toda la fuerza del mundo.
A veces incluso cerramos los puños de la mano, por si ayudara a conseguir aquello que pedimos.
Lo hacemos con una estrella fugaz... con el soplo de las velas de una tarta... o nos aferramos a cualquier cosa y en voz baja u omitiendo palabra, pedimos el deseo con la esperanza de que ocurra.

Pero creo que es una farsa... un mito... una mentira... una leyenda.
Las cosas no pasan porque sí.
No sé, es como si todo estuviera escrito en el libro de la vida.

¿Cuántas veces pedimos que el chic@ de nuestros sueños se fijara en nosotr@s?
¡Ni lo pienses!
Los años pasaron y viste con tus propios ojos, como se casaba con el/la guap@ del colegio.

Y así podría poner tantos ejemplos...

Pero bueno, seguimos cerrando los ojos, poniendo en cada palabra toda la fuerza del mundo, pidiendo que salga todo aquello que anhelamos.
Porque por naturaleza, somos ingenuos y nos dejamos llevar por nuestros instintos.
Somos humanos frágiles... y tarde o temprano, nos aferramos a algo en lo que creer.

A mí se me han acabado las alternativas... así que seguiré pidiendo deseos, no sé muy bien a qué.

Besos con sabor a... deseo que ya no puede ser.