11 mar 2011

Tu recuerdo


Aquella habitación estaba tan llena de recuerdos…
Paredes blancas y pocos cuadros.
Luz que entraba a raudales. Sentada e inmóvil, tranquila y ausente, permanecía con los ojos cerrados, escuchando incesante todo a su alrededor…

Lentamente se dejó caer sobre la cama con los ojos aún tornados.

Mil historias de repente llenaron su cabeza.
Y la sensación de sentirse acompañada.
Sintió un súbito escalofrío que recorrió su nuca y su espalda y, pensó que probablemente fuera producto de la imaginación.

En realidad no estaba sola.

Estaba su recuerdo.


Recordaba perfectamente el sonido de su voz, casi susurrando a dos centímetros de su oído.

Y el tacto de su piel acariciando su cara…

Una lágrima recorrió su mejilla… estaba colmada de felicidad.

Jamás imaginó que su recuerdo le diera tanto aliento.

Sus dedos juguetones enredaron un mechón de su cabello.

Y era absolutamente increíble cuando se miraban frente a frente hasta dilatar las pupilas…

Se miraban el uno al otro al reflejo de los ojos cristalinos a punto de llorar.

Apoyada sobre su pecho, sentía el vaivén de su respiración, mientras escuchaba el latido de su corazón…

La calidez de unos dedos entrelazados.

Mientras el tiempo pasaba con calma…


El cielo se oscurece de repente y en la habitación tan sólo entra una tenue luz, que se cuela por las persianas reflejándose en el suelo.

Ella sigue ahí, sobre la cama quieta, pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Pero se equivocaba…
Lo que recuerdas ahora, es sólo eso, un recuerdo, que sigue en tu mente y en cada centímetro de tu piel.

Pensando en la silueta de su cuerpo... en el precioso dibujo de sus labios... en la infinita constelación de sus lunares… en el sabor de sus besos… tan llenos de vida como la primera vez…


Volverá a ti cada uno de esos instantes.
Y lo que es ahora un recuerdo, se hará una realidad…



Besos con sabor a... tí

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