Hace años que no entraba por aquí y estoy convencida que era el momento perfecto para hacerlo.
No me siento bien conmigo misma y por sentirse así y decirlo en voz alta, no pasa absolutamente nada.
¿Por qué ahora? porque hoy soy un poco más fuerte, y después de llevar una mochila más grande que yo y a la vez soportando más peso del que podía llevar, vengo para habla/escribir.
¿Qué pasó?, pues que la mochila que llevaba a mis espaldas se rompió.
Pedí ayuda, me ayudaron y sigo intentando canalizar tanta "mierd*".
Estuve años callada por respeto, pero que aún haya gente que no te valore por el simple hecho de tener una discapacidad está lejos de ser normal.
Una vez me dijeron: "Nadie tiene derecho a no valorarte ni a faltarte al respeto por tener una discapacidad. El valor de una persona es incalculable y no tiene nada que ver con sus capacidades físicas o mentales".
Y estoy de acuerdo. Pero es tan, tan, tan difícil llevarlo a cabo, cuando te ocurre en primera persona y tienes que afrontarlo tú, por mucha ayuda que pidas.
Por salud mental, rompí lazos. Muchos. Y algunos, a día de hoy duelen bastante.
Hace unos meses, perdí a una persona muy cercana, tenía hijos y decidió quitarse la vida. Anoche soñé con él, escuché su voz de manera nítida. Al despertar, parecía que todo era un mal sueño y que no había ocurrido nada.
Considero la salud mental una prioridad, como el que va al médico porque le duele un brazo. Pedir ayuda es un acto valiente, no de debilidad. Hazlo si no te encuentras bien.
Estoy en un punto de sanación. En el que he aprendido a hacer lo que me apetece. Salir con quien me dé y trasmita cosas enriquecedoras.
Y ¿sabes qué? ¡¡FUNCIONA!!
Requiere de esfuerzo, de llantos, de pensar y ponerte en la peor situación. Pero poco a poco, vas encontrando el equilibrio.
Y sin llegar a ser egoísta, si miras más por ti. Estás para los demás, escuchas, acompañas, das consejos, pero desde la barrera.
Porque te proteges como antes no lo habías hecho nunca.
"Me elijo a mí porque nunca nadie sabrá cuidarme como podré hacerlo yo y nunca nadie me querrá con el amor y la compasión con los que he aprendido a hacerlo.