12 dic 2010

Locura pasajera...

Después de dar mil vueltas, me quedé sentada en el sofá recordando una vida mejor.
Humedeciendo la parte de atrás del lápiz, pensaba en cómo plasmar esa sensación que alguna vez tuve en antaño.
Aquella que me hacía vibrar y que contagiaba con la mirada.

Anoche hice un pequeño viaje en el tiempo a través de mi diario - libreta, que se escapó de ser metido en el baúl de los recuerdos.
Pude leer buenos y gratificantes momentos. Otros no tanto.
Y después de leer unas cuantas páginas, me di cuenta de que la vida se va en un suspiro...

Recuerdos, que no sé si fueron un sueño o tal vez una realidad.
Me aferro con fuerza, porque nunca me pasó algo igual... cuento de hadas.
Y días amargos, desoladores. Que me arrancan el alma del pecho sin piedad.

Navego sin rumbo en el mar de la vida.
Dando tumbos. Demasiado tiempo a la deriva. Sin norte, sin destino.
Por fin, diviso tierra...

Pero mis pensamientos, se despojan de mi cabeza.
Anhelo mi ansiada libertad, pero sólo dejo volar esa parte de mí que no se quiere quedar.
Mi cuerpo inerte se queda sin recuerdos, pero no me importa.
Porque a lo largo de este extenso viaje, fabricaré más.
Y los guardaré en dónde se guardan los más importantes, en el corazón.

Y siempre habrá un antes y un después.
Soy yo misma, mi Ying y mi Yang. Mitad y mitad.
Y sólo muy de vez en cuando, me permito ser la dueña de mi misma.
Quizás cansada de batallar me enfrento a lo ajeno, a lo que me impide seguir.

Y después, naciste tú. Ese sentimiento que hizo que todo cambiara.
Y es entonces, cuando empecé a creer.
Aunque desafortunadamente, cansada de los golpes de la vida, me aferro y me protejo por miedo al dolor. A las consecuencias...
Y ni siquiera soy más fuerte. Todo lo contrario.
Soy más vulnerable que nunca. Y eso me asusta.

Si alguna vez pierdes mi pista, sigue tu instinto.
Allí estaré... siempre. Junto al mar. Ya lo sabes.

Besos con sabor a... Azul, eternamente azul.

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