Todo empezó la noche del viernes 24 de mayo,
cuando fui por sorpresa a Gran Canaria por el cumpleaños de mi hija la más
pequeña.
Iba con los nervios de coger el avión (que a
todo esto, odio volar). Las ganas que tenía de sorprender y de pasar unos días
estupendos con los “míos”.
Conseguí mi objetivo en cuanto no supieron
de mi viaje hasta el mismo momento.
El sábado por la mañana nos fuimos a comprar
todo lo necesario para una fiesta infantil. O sea, una piñata con muchas
golosinas, tarta, velas, regalos y muchas ganas de pasarlo bien.
Yo desde luego que así lo hice y creo que
ellas también. Así que objetivo cumplido :D
El domingo lo dedicamos a manualidades
varias. Pero sin duda nuestro pasatiempo favorito fue hacer “bisutería” con las
tapas de agua de Teror.
La recompensa era reírse mucho. Y lo
conseguimos.
Día 30 de Junio… a tan solo cuatro días de
diferencia, cojo un tren con destino a Madrid.
Hablo con mi mejor amiga Soraya y lo
disponemos todo para vernos después de ¿5 años?. Reconozco que estaba nerviosa, pero no tanto
porque esta vez sería en tren.
Tenía que estar muy temprano en la estación.
Así que fue casi levantarme y salir “pitando” de casa.
Para el trayecto me llevé el lector de
libros y una bolsita cargada de ilusiones.
También vi a mi familia, gran parte de la cual hacía años que no veía. Fue muy emocionante el reencuentro.
Y después de soñar tanto tiempo con mi
animal favorito, a mis 33 años, pude ver por fin a los OSOS PANDA.
Fue un sueño hecho realidad, sin duda.
Así que entre un viaje y otro, yo volví a
Sevilla con las pilas cargadas y con una sonrisa de oreja a oreja.
¡Gracias a las personas que me acogieron en ambos viajes!
¡Gracias a las personas que me acogieron en ambos viajes!
Besos con sabor a… Gran Canaria y Madrid.
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