13 nov 2013

Personas estúpidas hay en todos lados...

Me llamo Guacimara y estoy coja desde que nací.

Al principio esto le puede chocar a cualquiera pero es algo que llevo con bastante naturalidad, hasta este día…

Hoy tocaba médico y mi novio me dejaría en el centro de salud.
Hace un tiempo que tengo unos aparatos para las piernas que me hacen ir más erguida. Así que pensé que hoy sería un buen día para ponérmelos ya que a la vuelta volvería en guagua, (autobús para aquel peninsular que me lea).
Bueno, llego hasta la parada y espero como todo hijo de vecino. Llega la guagua y el primer problema es que no se puede acercar al bordillo porque en su lugar hay coches aparcados. Me subo y me comenta el chófer que me tendría que haber bajado un poco la plataforma para subir con comodidad. Y dicho eso, paso mi tarjetita y arranca sin darme la oportunidad de sentarme.

A ver… (Pienso para mis adentros) ¿Eres tonto? ¿Primero te preocupas de que suba con comodidad y después arrancas sin esperar que me siente? ¡¡Me puedo caer, gilipollas!! Ahhhh y perdona por no tener mis piernas sanas, ¿eh?

En fins… Espero con toooooda la paciencia del mundo que pille el primer semáforo para moverme y me encuentro que tooooodos los asientos reservados para personas con movilidad reducida están ocupados. Señores, ¡¡las muletas no son de adorno!! Bueeeeeno, reprimo mi instinto de persona cabreada y aguanto el tipo hasta que voy llegando a mi destino. Toco el timbre y me bajo. Voy andando despacio buscando mi próxima parada. Me paro varias veces buscándola y como no la veía por ninguna parte, decido que me voy andando a mi casa. Unos pasos más adelante ya me estoy arrepintiendo de mi mala decisión.

Desgraciadamente los aparatos que llevo no hacen milagros y, al no tener fuerza en las piernas, apenas puedo levantar los pies para andar.  Me voy encontrando a mi paso aceras torcidas, suelos levantados (no hay cinco cachitos de acera que estén bien puestos), mierda de perro y si eso le añadimos el suelo tipo panel de abejas que hay por casi toda Sevilla… me tropezaba cada minuto con ellos.

La cosa es que si salgo con la silla de ruedas, mal asunto. No puedo moverme con autonomía porque no puedo subir los bordillos, no puedo ir a un cajero, no puedo entrar prácticamente a ninguna tienda… Si salgo sin los aparatos, malo también. Porque eso implica caminar dando saltos como los canguros para que mis rodillas se mantengan en su sitio, doble esfuerzo de mi cuerpo para andar, más cansancio físico y dolor de hombros después. Y si salgo con los aparatos mala idea lo mires como lo mires. Sería lo ideal pero después de la odisea de hoy, es casi imposible mantener los pies en el suelo sin tropezar con la acera levantada.
¿Eso significa que no puedo salir a la calle?

Vamos, ¡que estoy cabreada con el mundo!

Los suelos de las calles están hechos una mierda. (Supongo que cuando haya más juegos olímpicos o las próximas elecciones se encargarán de que todo esté mejor).
Y por otra parte… no es posible que haya en el mundo tanta gente estúpida. No hace falta que haya un cartelito que ponga (reservado para personas minusválidas, ancianos…) Señores, ¡¡es por sentido común!!
Estas personas que se creen, ¿Qué no llegarán a viejos?
Nadie está exento de caerse y tener que llevar muletas. Entonces cuando eso pase más de uno entenderá lo JODIDO que es estar en una situación inferior a los demás.
¡Coño!, con lo fácil que es hacerle la vida más agradable a las personas que lo necesitamos.

Conclusión: A ver si somos un poco más considerados con el prójimo. ¡Qué no cuesta tanto! Y que mañana podrías ser tú.


PD: Y todo esto sin desayunar…